Mano y obra: la arquitectura dócil de Agostina Branchi

Nació en Corrientes, al noreste de Argentina. Tras estudiar arquitectura, se trasladó a Buenos Aires para vivir del diseño industrial, pero su trayectoria en el arte comienza en Chile: “La primera vez que desarrollé mis piezas textiles fue en Santiago durante la pandemia”. Hasta el 22 de agosto, la obra de Agostina Branchi protagonizará la muestra “Contexere” en la Galería de las Tradiciones, con instalaciones que juegan con lo arquitectónico, la tradición textil precolombina y el territorio.

“Mi carrera artística empieza como tal en 2020”, dice Agostina Branchi (1982) desde su taller, un espacio dentro de su departamento en Providencia. Recuerda que el segundo día que estuvo en el país, visitó la muestra de Sheila Hicks en el Museo Precolombino y encontró su camino: “Dije que por los hilos iba la cosa. Me despertó una necesidad de trabajar esa materialidad”.

 

A través de la soguería criolla y el embarrilado precolombino, Branchi envuelve hebras para generar estructuras con volumen. Moldea la pieza con sus manos, corta con tijera y cuenta la cantidad de hilos: “Generalmente van entre los 1.200 a 5000 hilos cada obra”, asegura.

 

Parte de su proceso también incluye el diagramar las piezas textiles con escalas y medidas. Agostina, antes de poner manos a la obra, dibuja la idea en una hoja y  calcula la posibilidad de construcción. Piensa en el espacio, proyecta y a partir de ahí construye. 

 

“Cada nudo porta memoria y hace referencia a un origen. La repetición, el ensamblaje manual de textiles y la elaboración paciente de cada pieza dan forma a un universo que resiste y persiste”, escribe Bárbara Velasco, curadora de la exposición “Contexere” -entretejer en latín-, abierta al público a partir del 24 de junio en la Galería de las Tradiciones.

 

Allí, Branchi montará dos instalaciones inéditas y trabajadas exclusivamente para la muestra. “El espacio me pareció maravilloso para hacer una obra que se desplace por la sala. A medida que la construyamos, se desplegará y crecerá por el territorio arquitectónico”, comenta entusiasmada.

"Contexere" de Agostina Branchi

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– Así como está presente el territorio de tu infancia, tampoco te despegas mucho de la arquitectura…

Mi formación es ser arquitecta y lo que hago siento que es una arquitectura dócil, blanda, pero también a la vez súper orgánica. No con puntas súper estructuradas o tan convexas, tan rectangulares. 

 

– ¿Por qué abandonar la arquitectura y el diseño, para pasar a trabajar en el arte textil?

Por una necesidad imperiosa de trabajar con las manos. Tuve que reinventarme. Compré veinte kilos de hilo y me puse a jugar.

 

Si bien Branchi tiene oficio por su carrera en el mundo del diseño industrial, cuenta con una trayectoria corta y ascendente en el arte. En cinco años, acumula exposiciones individuales y colectivas en espacios como Galería NAC (2021) y en el Centro Cultural La Moneda (2024). 

 

En 2025 su carrera toma un vuelco internacional y parte de su obra viaja a Francia para la exposición “Tisser le futur” en el Musee d’Angers y para la Bienal Internacional de Arte y Oficios Révélations de París. 

 

Junto con ello, acaba de participar de la Feria de arte ArPa en Sao Paulo. De la mano de Galería Aninat, la artista presentó piezas inspiradas en Los Esteros del Ibera, una humedal de gran valor ecológico para Corriente por su biodiversidad, regulación hidrológica, y su rol como sumidero de carbono.

 

“Agostina se inspira en los ecosistemas que visitaba de niña. Utiliza técnicas textiles ancestrales para crear piezas que representan la flora y los ríos de la zona, fusionando tradición y modernidad. Su trabajo se basa en la memoria, la meditación, y la vinculación con el territorio”, describe la directora ejecutiva de Galería Aninat, Javiera García-Huidobro.

Taller “Entrelazando relatos” con Agostina Branchi

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A partir de hilos, Branchi construye, sobre todo, piezas cilíndricas que se enredan, que prenden de paredes o techos, que giran, que se deshilachan, que van y vuelven.   

 

Ese ir y venir, podría ser el concepto detrás de su obra. Branchi recupera técnicas tradicionales de la artesanía correntina y vuelve a sus años de arquitecta, para ubicarse en el presente y producir instalaciones contemporáneas llenas de color y a gran escala. 

 

En ese sentido, Alejandra Valdés, directora ejecutiva de la Corporación Cultural de Lo Barnechea, destaca su capacidad de jugar con lo tradicional y traerlo a un plano contemporáneo: “Su pasado en el mundo del diseño, sumado al oficio de su trabajo textil la convierte en una artista integral, que se mueve con tranquilidad en dos lenguajes que parecen ser disímiles, pero que en su obra se logran conjugar de manera bella y natural”.

 

– ¿Cómo llegas a apostar por instalaciones y colores?

Al principio fui muy neutra, con tonos crudos. Trabajaba el hilo natural. Creo que con la incorporación de colores hice mi obra más contemporánea. Y el embarrilado es una técnica precolombina que se utilizaba para crear ofrendas de menor tamaño. Entonces llevarlo a un plano contemporáneo era transportarlo, también, a una escala distinta. 

 

– ¿Y por qué recurrir a técnicas tradicionales?

Siento que es una reivindicación. Hay que evitar su olvido. Hay que estudiar mucho cómo se trabajó antes para poder construir el futuro.

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