– Así como está presente el territorio de tu infancia, tampoco te despegas mucho de la arquitectura…
Mi formación es ser arquitecta y lo que hago siento que es una arquitectura dócil, blanda, pero también a la vez súper orgánica. No con puntas súper estructuradas o tan convexas, tan rectangulares.
– ¿Por qué abandonar la arquitectura y el diseño, para pasar a trabajar en el arte textil?
Por una necesidad imperiosa de trabajar con las manos. Tuve que reinventarme. Compré veinte kilos de hilo y me puse a jugar.
Si bien Branchi tiene oficio por su carrera en el mundo del diseño industrial, cuenta con una trayectoria corta y ascendente en el arte. En cinco años, acumula exposiciones individuales y colectivas en espacios como Galería NAC (2021) y en el Centro Cultural La Moneda (2024).
En 2025 su carrera toma un vuelco internacional y parte de su obra viaja a Francia para la exposición “Tisser le futur” en el Musee d’Angers y para la Bienal Internacional de Arte y Oficios Révélations de París.
Junto con ello, acaba de participar de la Feria de arte ArPa en Sao Paulo. De la mano de Galería Aninat, la artista presentó piezas inspiradas en Los Esteros del Ibera, una humedal de gran valor ecológico para Corriente por su biodiversidad, regulación hidrológica, y su rol como sumidero de carbono.
“Agostina se inspira en los ecosistemas que visitaba de niña. Utiliza técnicas textiles ancestrales para crear piezas que representan la flora y los ríos de la zona, fusionando tradición y modernidad. Su trabajo se basa en la memoria, la meditación, y la vinculación con el territorio”, describe la directora ejecutiva de Galería Aninat, Javiera García-Huidobro.